viernes, 28 de julio de 2017

La vida es una actriz comercial 1


Foto del relato: "La vida es una actriz comercial", perteneciente al libro "Colección".

Sesión 2020. Sede de la editorial 1941. Actriz: Lucía Di Miele.

Foto: 1941. Post - producción: Carolina Herrera y 1941.

En ese momento, Natalia se retiró de su casa. Poco después llegó al lugar en cuestión. El mismo estaba vacío, pero llegaban a verse luces prendidas en salones del fondo. Natalia continuó caminando lentamente buscando la presencia de alguien. A medida que lo hacía, fue escuchando a lo lejos el sollozo de alguien. Después de caminar un poco más, pudo detectar de dónde venía y enfiló hacia ahí. La puerta del salón en cuestión estaba abierta. Al ingresar, se detuvo sorprendida, estaba Analía sentada en el suelo y con la espalda apoyada en la pared, con los ojos inmersos en lágrimas y una expresión de desconsuelo absoluto. Estaba con un vestido que llegaba a las rodillas, descalza y bastante despeinada. Su cartera y sus zapatos estaban tirados a unos metros y en una de sus manos sostenía una botella de whisky llena hasta la mitad. Natalia se acercó lentamente. Analía la vio y Natalia dijo enseguida:
- Hola.
Ante esto, Analía, hablando con dificultad por el llanto que aún permanecía, llegó a exclamar:
- Perdónenme por favor. El próximo trabajo me va a salir mejor, se los juro.
- ¿Qué?
- Yo creía que nadie iba a venir a buscar la carpeta acá. Te juro que era lo que menos me imaginaba.
- ¿De qué carpeta hablás?
Analía la miró algo confundida.
- ¿Vos no sos de acá?
- Soy actriz, me contrataron para un papel secundario en un largometraje que se tenía que empezar a filmar la semana que viene, pero que con todo este conflicto se suspendió. ¿Vos sos del INCAA?
- No, trabajo en la oficina anticorrupción. Yo era la encargada de ocultar toda la información que comprometía a Dámina.
- ¿Quién es Dámina?
- Es el amigo de Avelluto. El tipo al que iban a poner a cargo del instituto. Para eso se le inventó la causa a Cacetta y por eso hicieron demorar la asunción de Haiek. Para ponerlo a él.
- Sí, eso había escuchado. Pero pensaba que estaba terminado ese tema, que todos se habían resignado a que iba a pasar eso.
- Parecía terminado, pero me equivoqué. Yo creía que acá nadie iba a venir a buscar la carpeta. ¿Quién busca una carpeta en un teatro independiente?
- Disculpame, ¿de qué carpeta hablás?
- De la de Dámina, la que muestra los desvíos de fondos que hubo con su productora. Esa carpeta tenía que permanecer oculta, por eso la traje acá, pero desapareció misteriosamente y a las dos horas aparecieron los manifestantes en la puerta del INCAA.
Durante esta última frase no pudo evitar volver al llanto. Natalia pareció comprender la situación, y después de unos segundos, le dijo:
- De verdad, lo lamento muchísimo.
- Te juro que el próximo trabajo me va a salir bien.
Natalia se fue retirando de a poco.

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