Foto del relato: "La ganadora del día III", perteneciente al libro "Las obras ocultas".
Sesión 2020. Sede de la editorial 1941. Actores: Lucía Di Miele, Alma Bernal y David Ortiz.
Foto: 1941. Post - producción: Carolina Herrera y 1941.
- ¿Qué, te levantás
temprano mañana?
- En realidad los
sábados no entro tan temprano, pasa que quiero levantarme antes para llenar
tranquila los formularios y ya poder entregarlos mañana.
- OK, vamos a
pedírselos.
- Vos no sabés dónde
los puede tener ¿no?
- No, ¿por qué?
- No sé, hace rato que
el tipo está sentado ahí al lado de la barra, y por momentos me pareció que me
miraba de reojo, pero como enojado.
- Y si no lo miraste en
toda la noche. Vamos, no importa.
Las dos se acercaron al
joven y Sabrina le dijo:
- Hola, disculpame, me
dijo Carola que vos tenías copias de los formularios nuevos.
- Sí, efectivamente,
pero los tengo acá abajo, en el espacio de abajo del sillón. Ahora estoy un
poco cansado, me acabo de sentar, en un rato me fijo bien y te los doy.
- ¿No te jode si lo
hacemos ahora? Mañana trabajo temprano y ya me tengo que ir.
- Sí, me jode. –
Respondió el joven dejando ver algo de enojo y con expresión un tanto
provocativa – Hace unos minutos que me senté. Antes el sillón estuvo libre como
una hora más o menos y ni se te ocurrió pasar. Venís ahora que me siento.
- En realidad lo dejé
para antes de irme.
- Bueno, tuviste un
montón de tiempo para venir y estuviste allá haciendo la tuya, yo ahora no me
voy a levantar porque se te ocurrió venir ahora. Lo lamento, pero esta es mi
casa y éste es mi sillón, si no te gusta… ahí está la puerta.
En ese preciso
instante, se escuchó un golpe seco. De repente, el asiento completo se inclinó
bruscamente hacia atrás, por lo que el joven quedó con la espalda cerca del
suelo y los pies hacia arriba, mientras que los papeles del espacio de abajo
quedaron descubiertos. Sabrina realizó una expresión de sorpresa y enseguida
miró a Carola que, con expresión de serenidad, estaba agachada llevando su mano
de la palanca del costado a los papeles del espacio de abajo, al tiempo que el
joven intentaba moverse lo que podía. Sabrina no pudo evitar dejar salir una
pequeña risa. Carola enseguida encontró los formularios y se los mostró
preguntándole:
- ¿Son estos?
Sabrina
los observó bien y contestó que sí. Acto seguido, las dos se dirigieron hacia
la puerta. Sabrina seguía sin poder evitar la pequeña risa. Finalmente, Carola
abrió y se retiraron juntas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario